En el leve instante donde fluye el alma
y acecha la inapelable determinación del
destino,
el risueño aliento que tu vida regala,
torna el futuro incierto en la más
absoluta certeza: saber que me me amas
por encima de los cementerios que mi cuerpo
cimienta y excava.
Amor, alcemos el alma hacia la
eternidad más sublime e indomable,
purguemos el amor mientras aún
chispea el dolor que nos forja y ennuestra.
Compañera, volemos libres más allá
de la miseria que nos acobarda,
renazcamos de la vida esclava que arrugó
promesas eternizadas,
y entonemos nuestra historia al alba,
relampagueando los ojos en aquella inmortalidad
atrapada...
Mírame.
Las llagas dan testimonio
triunfal de mi desgracia.
Fue tu amor inabarcable, y aquella
vida de la que tan solo nuestras huellas
dan retorno y sentido.
JJJ
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