Mis sueños se quedan allí,
junto al pienso del cortil.
Mis quimeras cortijeras
se bambolean con el trigo
que se cimbrea y cruje
con un precioso sonsonete.
Mi bucólico sueño se tiñe de rojo
con el rusiente lar.
mi utópico hogar es un mar
de tierra caliente y mojada,
una majada ígnea y yerma,
un campo sembrado y otro en barbecho.
Mis sueños se quedan allí
junto al pienso del cortil,
que se quema en la farola
que hace de fogaril.
Squila.